Dicen los puristas del baloncesto FIBA que un equipo que se precie, un conjunto ganador, consistente y difícil de superar debe controlar tres aspectos del juego, tres variables que dominadas, dejan poco al libre albedrío. A ese triple desde ocho metros:
Uno, el rebote defensivo. La principal asignatura pendiente del equipo español desde los encuentros de preparación, algo fallaba en la defensa que no permitía cerrar bien ese rebote. Demasiadas ayudas y muchas de ellas vehementes. Enfermedad enquistada de principio a fin.
Dos, la cantidad y el porcentaje de acierto en los tiros libres. Preocupante en partidos señalados (como aquella final del Europeo de Madrid) pero que no fue determinante en la última derrota. Hubo suerte que los lanzadores fueron Navarro y Rudy y no Gasol (ambos) y Ricky.
Tres, los turnovers o balones perdidos. Un clásico del baloncesto y desconocido punto débil español hasta el tercer cuarto contra Serbia. Recuerdo cuatro faltas en ataque en bloqueos (tanto directos como indirectos) y otros tantos regalos. Tocó remar en exceso después de tal trastada.
Echando la vista atrás se da uno cuenta que sólo se controlaron contra Grecia y en parte. Cuando no era lo uno era lo otro y siempre remando, siempre remando. No hay que ser catastrófico pero un cambio de aires y técnico no estaría de más. No digo que la culpa sea de Scariolo; es más, se corrigieron cositas (los bloqueos se pasan por delante Ricky), la zona nos funcionó por momentos y en ocasiones se recuperó algo de espíritu de anteriores campeonatos.
Una pena olvidarse de la grandísima defensa y contraataque que instauró Pepu y continuó Aíto. Lo mismo el físico ya no da para tanto... aún así, hay jugadores para luchar un buen rato más.
Uno, el rebote defensivo. La principal asignatura pendiente del equipo español desde los encuentros de preparación, algo fallaba en la defensa que no permitía cerrar bien ese rebote. Demasiadas ayudas y muchas de ellas vehementes. Enfermedad enquistada de principio a fin.
Dos, la cantidad y el porcentaje de acierto en los tiros libres. Preocupante en partidos señalados (como aquella final del Europeo de Madrid) pero que no fue determinante en la última derrota. Hubo suerte que los lanzadores fueron Navarro y Rudy y no Gasol (ambos) y Ricky.
Tres, los turnovers o balones perdidos. Un clásico del baloncesto y desconocido punto débil español hasta el tercer cuarto contra Serbia. Recuerdo cuatro faltas en ataque en bloqueos (tanto directos como indirectos) y otros tantos regalos. Tocó remar en exceso después de tal trastada.
Echando la vista atrás se da uno cuenta que sólo se controlaron contra Grecia y en parte. Cuando no era lo uno era lo otro y siempre remando, siempre remando. No hay que ser catastrófico pero un cambio de aires y técnico no estaría de más. No digo que la culpa sea de Scariolo; es más, se corrigieron cositas (los bloqueos se pasan por delante Ricky), la zona nos funcionó por momentos y en ocasiones se recuperó algo de espíritu de anteriores campeonatos.
Una pena olvidarse de la grandísima defensa y contraataque que instauró Pepu y continuó Aíto. Lo mismo el físico ya no da para tanto... aún así, hay jugadores para luchar un buen rato más.
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