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Yo, político

- Hola, buenos días.
- Buenos.
- Siéntese por favor.
- Con mucho gusto.
- Comencemos.
- Cuando desee.
- So, ¿are you currently employed?
- Discúlpeme, prefiero continuar en español.
- Oh, no pensé que fuese un problema, perdone mi indiscreción. Quería preguntarle si está usted actualmente empleada.
- Sí, afortunadamente sí. Me encuentro en una buena etapa en lo laboral, trabajo para el gobierno central.
- Fabuloso pero algo así no debería adjudicarse a la fortuna. No sea usted de tanta modestia. ¿Le podría preguntar para que departamento trabaja?
- Lo cierto es que estoy a caballo entre Sanidad y Asuntos Exteriores.
- ¿Es eso posible? ¿Cuán importante es su puesto?
- Dirijo el ministerio de Exteriores y Cooperación.
- Es usted ministro, perdón, ministra. Si no es de mucha molestia, ¿le puedo preguntar a que se debe ese sustancioso cambio?
- Ya sabe como funciona esto, reestructuraciones necesarias para un mejor funcionamiento.
- Realmente sé menos de lo que querría, no es un mundo de fácil acceso. Y dice que anteriormente pertenecía al ministerio de Sanidad y política social ¿en qué tarea?
- La misma que la actual.
- Debe ser una gran entendida en estos temas, no pensé encontrarme con alguien tan valioso. Imagino que realizó sus estudios de medicina en España ¿estoy equivocado?
- Verdaderamente estudié derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, fui una alumna muy activa, desde bien pronto estuve interesada en la dirección.
- ¿Cómo ha sido de complicado dirigir la sanidad en España? Tengo entendido que su país disfruta de uno de los mejores sistemas en el mundo.
- Excepto el complejo tratamiento del virus A1N1, el resto no contrajo grandes dificultades.
- Bien. Una vez se encuentra en el puesto recomendable con su formación, ¿cómo quiere aplicar sus conocimientos sobre diplomacia y relaciones internacionales?
- Estoy en proceso de adaptación, pero ya fui responsable de las relaciones políticas con América anteriormente. Es una rama para la que creo estar altamente cualificada.
- Es una buena noticia, no cabe duda. Hablamos entonces de su culmen como empleada de la administración.
- Nunca sabe donde se encontrará una dentro de cierto tiempo. Qué hubiese sido de todo esto que hablamos si mantuviese mi candidatura para las elecciones autonómicas de Madrid...
- Tiene usted razón. Entonces, podría estar hablando con la futura presidenta de la comunidad de Madrid, que no es moco de pavo. Se dice así ¿verdad?
- Sí, es una expresión coloquial. Ahora estoy completamente centrada en mi nuevo cargo.
- No esperaba menos. A sus 48 años, debe acumular una enorme cantidad de conocimientos para haber formado parte de ramas tan fundamentales en la gestión de un país.
- No soy yo quien debe responder eso, soy una ideóloga empedernida que trabaja tanto como puede.
- En ese caso Platón tenía razón, los más válidos deben preocuparse por el bienestar de la población. Aprovechar su inteligencia para gestionar la política social aún prefiriendo dedicarse a otros menesteres. Debe pertenecer a esa clase de personas a los que podemos llamar virtuosos.
- No creo que encaje esa definición en los tiempos que corren. El socialismo en España sólo pertenece a las palabras, los hechos nos meten a todos en el mismo bombo. Somos políticos.
- ¿Cree que hay una crisis ideológica?
- No, no. Las ideas están ahí, pero mientras hacemos creer al resto que hacemos socialismo, lo cierto es que no diferimos de la oposición. Somos políticos, ágiles en las distancias cortas, el resto es pragmatismo puro y duro.
- Está siendo realmente sincera. De sus palabras infiero que no importa estar aquí o allá. ¿No es eso algo desesperanzador? Creen en aquello que dicen pero no son capaces de llevarlo a cabo.
- Es una buena manera de decirlo, manda el día a día.
- Y hoy más que nunca claro. ¿Hacia dónde cree que se dirige entonces su país?
- Eso pregúnteselo a mi compañera y sucesora en sanidad, la señorita Pajín, yo a su edad no había alcanzado la mitad de lo que ella atesora con apenas siete lustros de edad. Tiene mucho por delante.
- Excelente, tan joven e ilustrada. Quizás haya un pequeño haz de luz dentro de los socialdemócratas españoles.
- Lo siento, no lo creo...

1 comentarios:

Soy un Paranoico

Yo tampoco lo creo...

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