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A la sombra de un manzano

José María del Nido siempre ha gestionado la sociedad anónima que preside como tal, puede que el Sevilla sea el "club deportivo" que más se ha parecido en los últimos años a una empresa típica de cualquier sector. Compro barato, genero valor añadido con buen fútbol, vendo caro y dirijo los beneficios hacia nuevas inversiones (fichajes) y hacia los accionistas que me sustentan el capital fijo. Todo esto en un entorno de excepcional manejo de la parcela deportiva y confianza en los que hacen de mi compañía una referencia para los demás: mi general manager y mis técnicos.

Así, los títulos llegan y con ellos más beneficios, más confianza y más éxitos. Estamos hartos de escuchar el "presi" hablar fantásticamente de Monchi, de su entrenador, afición y jugadores. Todo es generar confianza. Todo marcha sobre ruedas, esa es la cuestión empresarial.


Cuando eres un empresario de renombre lo único que no quieres son imprevistos, y para el Sevilla la marcha de Juande a principios de la temporada 07/08 fue el palo más desestabilizador que podíamos haber imaginado cuando celebraban el segundo título de UEFA consecutivo. De repente te encuentras sin tu gurú en el césped y con la necesidad de encajar de inmediato un nuevo técnico en el vestuario. Como en todas las deciciones de Del Nido, primó la locuacidaz y subió a un hombre de la casa, alguien que conocía el sevillismo y cuyo futuro siempre había estado ligado al primer equipo (o aquello dijo José María en aquel momento, había que mostrar serenidad y convicción en lo perpretado).

Ese fue el problema endémico de Manolo Jiménez, la continua necesidad de espaldarazos por parte de la dirección del club. Toda vez que no se jugaba con fluidez, se perdían puntos en casa o la pelotita no entraba en la red, la sombra gigantesca de Juande Ramos sobrevolaba el estadio Sánchez Pizjuán. Y si por algo pueden caracterizarse los años post-Juande es por la crispación, controversia y continuas combulsiones en aspectos puramente futbolísticos.

Demasiado tosco en la forma de expresarse, exagerado en la manera de vivir los partidos y sobredimensionado en la propuesta en el terreno de juego. La actitud de Jiménez hacía volver a los años de Joaquín Caparrós, cuando el equipo no estaba entre los "grandes" del país. Por contra, el ex-técnico de Tottenham, Real Madrid y CSKA representaba la elegancia en la relación con prensa y jugadores, así como la plena relajación de todas ideas extremas. No se valió por sí mismo para hacer frente a las reminiscencias lógicas del aficionado, ahí no estuvo a la altura.


No obstante, los fracasos de Juande en Inglaterra y Rusia hicieron dejar a un lado la obsesión por el banquillo y se centraron las miradas en la marcha de los Keita, Poulsen y Alves como causa de la falta de excelencia en el ritmo y posesión de balón.

Esta temporada todo parecía estar bien encauzado; pero como en su comienzo, Manolo ha recibido tras cada encuentro unas declaraciones que calmaban los humos de sus detractores más fieros.


Por si fuera poco, un señorito de Jaén de nombre Gregorio y apellido Manzano te está peleando con un Mallorca arruinado el cuarto puesto en la liga BBVA. Es sólido en casa como pocos y aúna lo práctico con lo preciosista tan bien o mejor de lo que mostró en su día Ramos.

Si en once años el Sevilla no ha destituido a ningún entrenador, este año lo hará y creo que desde hace algo más de un mes -18 de Febrero- se tiene un repuesto de plena garantía para Junio.

Este no es nada menos que el último que ha ensombrecido el trabajo de Manolo Jiménez. Un manzano de copa alta y frondosa que persiste en un ambiente seco y caluroso como el del Mallorca actual.

Se fichará un míster interino que saque al equipo del bache emocional por el que está pasando para formar un nuevo proyecto este verano junto a Goyo y con la plena aceptación de todos los hispalenses.

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Balance de Champions

Para próximas eliminatorias voy a hacer porcentajes en función de lo que pienso que puede ocurrir (y lo haré lo más cerca posible a los partidos) y no con el modelo. Al final acababa moviendo los porcentajes individuales para que el resultado final fuese el que me gustaba de un principio; es decir, que si ya es una chorrada y una autoflagelación poner números al fútbol, encima no vamos a intentar cuantificar cada cosa por separado. Será un análisis general y exhaustivo de cada eliminatoria y un dato porcentual para cada equipo.
Se antojan los encuentros de cuartos especialmente interesantes en lo sentimental , pero cada cosa a su tiempo.

Dos de los cuatro grandes favoritos a la calle. Los planteamientos tácticos y reflejos de Puel y Mourinho pegaron dos pelotazos en el sorteo que pocos esperaban. Y como siempre que ocurre esto en fútbol, disfrutamos como enanos.
Más allá de gustos personales, fanatismos y rivalidades, las eliminatorias más divertidas fueron las que se desviaron de lo preestablecido, de lo que podíamos tildar de lógico e incluso normal.
De las dos mayúsculas sorpresas saco algo indicativo a debatir:
¿Influyeron las rotaciones de los técnicos de Setúbal y Castres en sus partidos ligueros a la Champions? Nótese que el Inter -que rotó tres titulares- perdió frente al Catania, y el Lyon -que rotó cuatro titulares- empató frente al Bologne.
¿Influyeron las no rotaciones de Ancelloti y Pellegrini en sus respectivas competiciones domésticas? Nótese que el Chelsea -que rotó un sólo titular- ganó al West Ham, y el Madrid -que rotó dos titulares por obligación- ganó al Sevilla.

La pregunta no es banal. Algunos creen que hay que descansar lo máximo posible antes de una cita crucial y otros creen que lo principal es llegar con ritmo competitivo después de una convincente victoria. Es la misma situación en la que se encuentra el tenista al que se le retira su rival en semis. La misma que el finalista de la NBA que ha barrido en su conferencia (4-0) y espera ansioso mientras el otro se pega en siete largos partidos de playoff (4-3). Y la misma que los campeones de división de la NFL que esperan dos semanas antes de medirse a los supervivientes del siempre encarnecido wildcard.
Mi visión, que el Real y el Chelsea desaparecieron en el minuto 65 de partido (incluso un poco antes) cuando no son conjuntos débiles físicamente. Se vieron superados cuando las fuerzas empiezan a escasear.
Como siempre, analizar a posteriori el fútbol es cosa fácil y no seré yo el que culpe a nadie por confiar en su once "tipo".

Lo bueno es que la Copa de Europa sigue y tenemos aún 13 partidos más de los que charlar.
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Quiniela F1 2010

Voy a argumentar muy brevemente y bajo mi punto de vista, qué pilotos superarán a sus respectivos compañeros de equipo y terminarán con más puntos -o mejores posiciones en ausencia de estos- cuando la bandera a cuadros del Gran Premio de Abu Dhabi (12-14 de noviembre) finiquite una temporada tan apasionante como esta.
Puedo prometer y prometo que ya lo tenía hecho antes de la carrera de Bahréin. Vamos por orden:

McLaren-Mercedes: Jenson Button - Lewis Hamilton (2)
Uno de los enfrentamientos más desigualados, Hamilton devaluará mucho al actual campeón del mundo.

Mercedes Gran Prix: Michael Schumacher - Nico Rosberg (2)
Será una lucha emocionante y muy bonita de ver. Las deficiencias del Kaiser en calificación (admitidas por él mismo) serán un hándicap para superar a Nico, uno de mis favoritos (aunque no para ganar el mundial).

Red Bull Racing: Sebastian Vettel - Mark Webber (1)
El alemán supera a Webber en casi todas las facetas técnicas de conducción. La agresividad a veces le pasa factura pero ganará al australiano.

Scuderia Ferrari: Felipe Massa - Fernando Alonso (2)
A medida que se acostumbre al rendimiento del monoplaza a una vuelta y con neumáticos blandos, lo normal es que Alonso sea más regular que Massa; aún así, será una lucha siempre pareja.

Williams F1 Team: Rubens Barrichello - Nico Hulkenberg (1)
Demasiada diferencia de experiencia en Fórmula Uno. Rubinho tiene ganas de guerra. Hulkenberg sorprenderá por su sobriedad en el buen sentido de la palabra.

Renault F1 Team: Vitaly Petrov - Robert Kubica (2)
Kubica merece un equipo mejor y superará al debutante ruso que, por otra parte, llamó la atención más que otros en GP2 por su agresividad en la pista.

Force India: Adrian Sutil - Vitantonio Liuzzi (1)
Buen coche y buenos pilotos. Sutil, muy rápido a una vuelta, entrará en la Q3 con asiduidad. Vijay Mallya guarda mucha lógica y locuacidad tras su imagen mediática.

Scuderia Toro Rosso: Jaime Alguersuari - Sébastien Buemi (1)
Mi apuesta más arriesgada. Creo que un Alguersuari con confianza, kilómetros y conocimiento de los circuitos tiene más poderío que Buemi. Pelea muy interesante.

Lotus F1 Racing: Jarno Trulli - Heikki Kovalainen (2)
Veteranos y experimentados en horas bajas. La constancia del finés superará el qualifying de Jarno.

Hispania Racing F1 Team: Karun Chandhok - Bruno Senna (2)
Si consiguen salir a la pista y terminar alguna carrera, Senna parace más seguro que Chandhok, que por otra parte nos lo hizo pasar muy bien en GP2, no se corta un pelo. Ojalá puedan luchar con alguien a mitad de temporada.

Sauber: Pedro De la Rosa - Kamui Kobayashi (1)
Estará igualado y dudo bastante, pero a medida que Pedro recoupere el ritmo competitivo de las tandas largas irá mejor que Kobayashi. Un tipo como este se merece lo máximo.

Virgin Racing: Timo Glock - Lucas Di Grassi (1)
Un hueso duro de roer tiene Di Grassi tanto en su propio coche como en su compañero. Papeleta difícil aunque se hable muy bien de él en el paddock.
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Un finalizador para muchos iniciadores

Las dudas que surgían en torno al Man United esta nueva temporada radicaban en el "punch" de un equipo que perdía al jugador vertical por antonomasia y que llevaba sobre sus anchas espaldas el peso goleador del mejor conjunto de la Premier League. La baja de Cristiano Ronaldo se antojaba determinante.
Parecía lógico pensar que Valencia, Owen y Obertan no iban a poder sumar los 30-40 goles que asegura el ahora jugador del Real Madrid.

Así comenzaba la temporada regular y la creencia de superioridad blue no hacía más que extenderse entre casi todos los analistas.
Con Berbatov muy cuestionado, Owen lesionado y Nani devaluado -al menos hasta las últimas dos semanas-, un único delantero de los diablos rojos mantiene viva la Premier en Old Trafford a falta de menos de diez jornadas para su final. No es otro sino Wayne Rooney.
La dimensión del excepcional pichichi inglés es tan voluminosa que lo abarca todo: rápido, ingenioso, práctico, inuitivo, currante, recibe de espaldas, juega para los demás y remata la pelota con cualquier parte del cuerpo hacia la red. Esta última característica era la menos arraigada en el 10 hasta este año y sin embargo es en la que más destaca hoy.
El tío te da justo lo que le pides. Ferguson le quiere de striker puro y su pupilo responde llevando a las vitrinas del United la bota de oro.

La presencia del crack de Madeira, que diría Jose Manuel Díaz, sin duda nos obligaba a inflavalorarlo aunque disfrutásemos con todo su repertorio.

Hablemos de la bota de oro.
¿Por qué no está en el Arsenal que golea más que nadie? ¿Por qué no está en el Barcelona que crea más oportunidades? ¿Por qué no se la queda de nuevo CR?
Pues porque el ex del Everton mete sus goles, los del húngaro, los de Owen e incluso los 6 o 7 que sumaban Vidic y Ferdinand en su óptimo momento de forma.
A Rooney le llueven balones desde todos los lugares del campo. Los pases de gol vienen de izquierda y derecha, entre líneas a la espalda de los centrales y en la frontal del área chica desde línea de fondo. Y todos hacia él.
Todos crean y uno remata, así funciona el enésimo invento de Sir Alex.
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