Y digo yo, ¿para qué se necesita un pacto entre partidos si el que gobierna es sólo uno? ¿Acaso no es el PSOE el que toma las decisiones? ¿O es que los que buscan este pacto -como el señor Duran i LLeida- van a ofrecer Cataluña como canal de inversión para impulsar la industria en España?
En fin...lo de siempre.

Para el que no se quiera leer las 32 páginas, cosa entendible, se puede resumir el documento en una introducción literaria muy amena, siete verdaderas medidas contantes y sonantes (que no están del todo mal), cuarenta y ocho brindis al sol y mucha repetitiva.
Lo bueno, que dejan a las alimañas que den sus no-ideas y así la rabieta de cara a la prensa se suaviza un poco. Como el padre que lleva su hijo al Carrefour y le deja elegir el paquete de galletas para quedar tranquilo un rato.

Como prácticamente todo lo que hace el gobierno, lo hace a medias y muy tarde, MUY MUY tarde. Ha esperado meses y meses de destrucción de empleo para llevar a cabo una reforma laboral. Ha esperado meses y meses de déficit y estancamiento de la inversión y la economía en general para terminar reconociendo el fracaso del Plan-E.
Tres temas destacables del "acuerdo":

1) Delirios de grandeza injustificados: (página 4) "Ante estos hechos -consecuencias de la crisis-, el Gobierno, durante los dos años transcurridos de la legislatura, adoptó una suceción ordenada de disposiciones que han tratado de dar respuesta a las distintas manifestaciones de la crisis, reactivar la economía, favorecer la creación de empleo y mantener la cohesión social", tres directrices:

2) Las siete únicas medidas claras (página 12) muestran la preocupación del gobierno por el sector de la construcción, la financiación de las PYMES y el impulso de la energía. Los nuevos préstamos del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y la disminución de los plazos de pago máximos son medidas razonables y que se aceptan gustoso; eso sí, el impuesto de sociedades y las cuotas a la Seguridad Social ni tocarlos.

Por otro lado, tanta ayuda a la mejora de la vivienda habitual es algo paralelo a cambiar aceras: creas empleo, luego lo destruyes y la productividad del trabajo no se ve por ningún sitio.

3) Un pitote de puntos poco concretos con más prosa que números (de la página 15 en adelante).

Expansión de la inversión raquítica en I+D+i hasta el 2,5% del PIB en 2015 y reducción del capítulo de gastos de personal de las Administraciones públicas hasta el 4%. En lo demás hay que manejarse con la imaginación porque yo no veo nada. Por último, gusta que se apueste por la energía eólica, hidroeléctrica y solar pues tenemos ventajas comparativas dentro de Europa, aunque da penita no aprovechar igual las centrales nucleares.

Así pues, las debilidades de España nos las han dejado claras: competitividad, empleo, industria innovadora, déficit público y comercial, morosidad creciente y dependencia energética. Otra historia es que la pasta llegue para todo, y hoy, no nos llega ni para lo primordial.