Como primer apunte y antes de lo que respecta sólo al juego; patética actitud de jugadores, cuerpos técnicos y ayudantes en la previa, durante y después del partido. Generalizar es sinónimo de errar, pero en este caso me quedo cerca del 100%. La rueda de prensa del entrenador del Madrid la mañana antes del partido, la respuesta de Guardiola, las agresiones y exageraciones durante los 90 minutos y el esperpento final del técnico de Setúbal frente a los periodistas. Ahí, ten por seguro, muy pocos te van a apoyar. Obligar a un entrenador ajeno a sentir vergüenza por un título que ha ganado con todo su esfuerzo es irresponsable; te puedes quejar del arbitraje y será totalmente loable pero por ahí vas mal. Sólo puede disculparle en cierta manera lo que él mismo dijo por la mañana en cuanto a que no controla sus emociones cuando se siente perjudicado o frustrado ante una derrota. Puedes desviar la atención o lo que te de la gana, pero la última parte del monólogo tras el partido es totalmente censurable, tanto o más que la retransmisión de Telemadrid. Un insulto al resto de periodistas y entre ellos, a los comentaristas de este deporte.
Ahora vamos a lo que importa:
Real Madrid: Casillas, Arbeloa-Ramos-Albiol-Marcelo, Alonso-Lass-Pepe, Özil-Di María-Cristiano. En la vuelta al 4-3-3 del partido de liga con ninguna presión en la primer línea del rival. En 'ataque', Pepe, Alonso y un desastroso Albiol lanzaban balones en largo a la espalda de los laterales con poca precisión.
F.C. Barcelona: Valdés, Alves-Mascherano-Piqué-Puyol, Busquets-Keita-Xavi-Messi, Villa-Pedro. Giro de timón de Guardiola. Dados los problemas que tuvo el Barcelona en la primera parte de la final de Copa y cómo se solucionaron en la segunda llevando a Messi hacia atrás, el Barça forma con un 4-4-2 en ataque. La defensa muy amplia como siempre, la media cancha de cuatro hombres -Messi entre ellos- variando constantemente entre el rombo y la línea de 4 con los volantes muy abiertos. Villa y Pedro arriba se colocaba pegados a la cal de banda y dejaban un espacio enorme entre los centrales del Madrid y Messi. En ningún momento del partido los centrales salieron a presionar al argentino para no deshacer la línea de 4 defensiva y el trabajo de los 3 centrocampistas madridistas era insufrible. Presionar a 4 hombres en constante movimiento y sin ninguna ayuda.
Después de dos partidos en los que Mourinho mostró sus dotes tácticas ganando la partida en ese aspecto a su homólogo barcelonés, en este tercer episodio el Barcelona cambió su dibujo e hizo así más sencilla y menos conflictiva la salida de balón de Piqué. Metió descaradamente a Messi en el centro del campo e hizo retrasarse a Xavi unos metros para ayudar a Busquets. Resultó que si Pepe -el mejor del Madrid otra vez- quería perseguir a Xavi dejaba a Messi demasiado libre -primeros 15 o 20 minutos-, y si hacía el marcaje individual a la pulga el Barcelona salía casi a placer de la cueva. No obstante, con los blaugrana en el 70% de posesión, tan sólo hubo dos ocasiones de peligro en la primera mitad para ellos. Villa por derecha terminando con zurdazo cruzado y Xavi en buena parada de Casillas. Al poner los delanteros tan abiertos el Barcelona no podía ser de ninguna manera vertical. Dominio de balón sí, pero no aplastando al rival.
El Real por su parte hizo una primera parte ruinosa pero bajo el planteamiento de Mourinho, el 0-0 era bueno y así lo mostraron en cada minuto. Era cierto, el partido estaba para 0-0 pese a la incomparecencia ofensiva de los blancos -sólo un poderoso disparo de Cristiano en el 46 que topa en el pecho de Valdés-.
La desesperación de Cristiano ante la orden de no presionar arriba fue liquidada en el descanso, Mourinho reconocía su error y hacía un buen cambio. De nuevo Adebayor pasaba a ser la china en el zapato de Piqué y Mascherano y además CR pasaba a la banda, donde más daño hace hoy y siempre. Poquito a poco el Madrid fue saliendo más y más en la presión, llegando hasta Valdés en ocasiones, y así el partido se concibió en esta segunda mitad más parejo. En una de esas cabalgadas hacia delante para robar Pepe se excedía y con la plancha hacía falta al lateral derecho azulgrana (sólo resalto esta infracción y su decisión arbitral porque fue la más reseñable, porque, jugadas desagradables y sobre las que discutir hubo muchas por ambos lados). El línea de esa banda comunicaba al árbitro que la entrada era de roja, resolución rigurosa pero no escandalosa. Se vuelve a armar otro cisco.
El Barcelona conserva el mismo esquema y el Madrid pasa a dos líneas de 4 con Adebayor suelto arriba. Durante unos instantes parecen soportar los madridistas, pero en un balón a banda de Xavi tras romper por el medio Afellay gana a Marcelo -que resbala- en carrera y centra para la puntita de Messi. 0-1
Ese resultado no le servía a los locales y avanzaron en busca de la heroica, ahí aparece enorme, el crack rosarino y marca en un contra-ataque 1 contra 4 driblando a varios rivales. 0-2
Totalmente reprochable el último cambio de Guardiola. Mofa innecesaria sacando al único de los filiales que todavía no ha jugado con el primer equipo y que, precisamente, se ha hablado del interés blanco por él.
En cierta manera fue una pena que el partido cambiara tanto con la expulsión, aunque dio pie a goles y espectáculo. Se perdió en igualdad y se ganó en atractivo para el espectador imparcial pues hasta entonces fue una pelea táctica nada vistosa. Después de la expulsión el Madrid no supo cerrar bien como sí lo había hecho en liga, su jugador más importante bajo este esquema se fue y desmoronó mentalmente al grupo. La final de Wembley está casi decidida pero hay todavía por delante otra jornada europea.
Esta noche a disfrutar el Oporto-Villarreal, donde habrá mucho más fútbol y menos bronca.