F.C. Barcelona: Pinto, Alves-Mascherano-Piqué-Adriano, Busquets-Xavi-Iniesta, Villa-Pedro-Messi. En su clásico 4-3-3 en ataque con esta vez los laterales un poco más arriba y presionando la salida de balón del rival. Como siempre.
Ambos equipos parecían plantear el partido de la misma manera que en el primer duelo si nos fijábamos en los onces iniciales. Efectivamente Özil salió de inicio y Mascherano acompañó a Piqué en la zaga, Benzema/Adebayor y Puyol fueron los damnificados. Sin embargo, la primera mitad no se pareció a nada que hubiésemos visto en ningún minuto de los dos enfrentamientos anteriores de esta temporada entre Madrid y Barça. Cuando los de Guardiola sacaban de puerta o los centrales buscaban a los laterales, Khedira y Di María se adelantaban 15 o 20 metros respecto al partido de liga del Bernabéu y formaban con Cristiano una línea de tres que provocó un cortocircuito definitivo en los primeros 45 minutos. No fue capaz el Barcelona de tirar a puerta en este periodo, y los de Mourinho disfrutaron de un par de ocasiones claras, de renombre el cabeceo de Pepe en las postrímerías de este primer tiempo. Los blancos le ganaban la partida a los blaugrana con claridad.
En la segunda parte el cansancio hizo mella en los once madridistas, lógico dado el ritmo de opresión de cada uno de ellos, y entonces el Barcelona se hizo con el balón. Desde el 46 hasta la salida de Adebayor el dominio fue total y absoluto de Xavi y Messi. Iniesta comenzó a encontrar su lugar después de haberse sentido un estorbo durante todo el primer lapso y al fin Pedro hizo daño al lateral derecho del Madrid. Se dieron varias ocasiones, entre ellas un gol de Villa bien anulado. Casillas hizo el resto. Con la salida en el minuto 24 de Adebayor los blancos conseguían respirar a ratos y evitaban el acoso continuo de hasta entonces. En los últimos compases de esta segunda mitad tuvo el Madrid alguna salida de peligro que también atajó Pinto. Lo justo, un empate a uno.
Preciosa imagen para la historia en el descanso entre el pitido final y la prórroga. Dos corrillos equidistantes a la línea que separa ambos campos formados por los planteles y equipos técnicos al completo ponían los pelos de punta. Guardiola y Mourinho lideraban dos charlas de ánimo y precisiones tácticas a sus jugadores antes del asalto final.
El hecho de no haber finiquitado el Barça después del dominio de la segunda parte dio un balón de oxígeno a los fatigados jugadores del Madrid, el Barcelona por su parte se hartaba de buscar sin resultados una manera de superar a Casillas. En un último esfuerzo, Angel Di María tiraba una pared rápida en banda izquierda y centraba para un remate de estética y eficacia sobresaliente del único que guardó unos cuantos sprints para la prórroga, Cristiano. Supo a partir de entonces poner el partido donde quería el Real Madrid y se llevó un enfrentamiento precioso; quizás no por bello como el gol, pero sí por la tensión y la encruzijada táctica que afrontaron José y Pep.
Después de pasar el trámite liguero hay que prepararse para el tercer asalto. Con las nuevas bajas de Adriano y Khedira (a la ya sabida de Carvalho) vuelve a abrirse el espacio a las permutas y variaciones tácticas. Hay tiempo para que el Barça aprenda a salir de la presión que hizo el Madrid en la primera parte, y para que éstos diseñen otro rompecabezas a los blaugrana. ¡Que siga el juego!
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