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Se nos van antes de tiempo

Hola, qué tal. Muy buenas noches. Bienvenidos al club, a este curso baloncestístico 2009/2010. Así comenzaría hoy una retransmisión del fantástico narrador Andrés Montes y así mismo nos comenzamos algunos en el mundo televisivo del balón y la canasta hace un buen puñado de años. Cuántos buenos ratos dejó el ya fallecido en las miles de madrugadas en vela de millones de gustosos de la NBA, cuántas... Él hizo tomar sentido para muchos el eslogan "I love this game".

Se nos fue antes de lo que nos merecíamos, las noches quedaron huérfanas aquel día y poco después, tal que un 16 de Octubre se guardaron en una bella urna infinidades de términos, motes y expresiones que perdurarán en el tiempo mucho más que su extensa carrera periodística.
Cómo hacer que un partido de baloncesto de temporada regular a las 3:30 en parte insulso se conviertiera en un espectáculo grandioso; cómo conseguir que una redundancia esté dotada de tanto sentido como contenía el "tiempo de show-time". Si el sueño te vencía por instantes una voz exaltada te daba ganas de seguir con los párpados abiertos: "¡¡Jugón, jugón!!", "Ratatatatatata, triiiiiiiiiiple", "¡¡Cómo toca la guitarra Daimiel!!" y podría seguir enumerando sin parar.

Pese a lo que muchos creen Andrés fue un sensacional analista del juego y poseedor de un ojo clínico para el talento puro que a cualquiera se podía escapar, destilaba gusto fervoroso por lo lúdico que luego proyectaba en cada retransmisión como el más virtuoso relator que nunca expuso su voz tras un micrófono. Entendía cada cosa o persona que le rodeaba como una fuente de diversión que explotar, ansiaba la felicidad y la buscó incansable día tras día.
Porque la vida puede ser maravillosa es la última gran frase del pobre genio. Desprendió un matiz de aflicción que nos hace pensar en una mente no saciada de satisfacción con lo que el mundo le podíamos ofrecer. Si se alimentaba de ello, debe saber que su trabajo y mi recuerdo hace e hizo de mi vida un poco más maravillosa que sin él.


Y ayer, 11 de Abril de 2010 y a los 65 años nos dejaba físicamente otro irrepetible del deporte español; a los que a las ocho de la mañana buscábamos en la frecuencia exacta la voz cada día más rasgada de Juan Manuel Gozalo o lo habían hecho algún día de los cuarenta años que sonó en RNE perdieron una pequeña parte de su vida cotidiana.
Cuánto éxito del fútbol-sala nacional se le debe y le podemos atribuir a Gozalo (como de conocimiento del basket norteamericano a Montes) es algo difícilmente cuantificable y tanto fácilmente palpable.

El periodismo polideportivo nació con él, escuchándole aprendías de fútbol, balonmano, tenis, atletismo, boxeo, olimpismo y más que de cualquier otra cosa del espíritu deportivo y su disfrute. Emanaba cultura de cada palabra suya ya fuese testaruda o elocuente.
No me atreveré a decir más, sólo que desde el pasado miércoles se nos escapó a muchos uno de esos diminutos placeres que hacen del día a día un poco más soportable.

Dejo en estos enlaces algunos homenajes a este figurón que me resultaron emocionantes: Ramón Trecet, Axel Torres, Pablo López.

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